sábado, 22 de diciembre de 2007

Diciembre



se ha quedado solitario esté vagón
serpenteando sin rumbo hacia la nada,
voy viajando con fantasmas
entre miradas vacías, sin rostros.
sigo temblando
como un crío.
cuelga de mi hombro,
la promesa de un nuevo encuentro
y llevó arrugado en el bolsillo del pantalón
el boleto de entrada a un mundo
obsesivamente adictivo,
adorablemente caótico.

hay momentos en que desearía dejarlo todo.

dar el salto,
correr a buscarte.

maldito tiempo,
justo ahora se le ocurre detenerse…

2 comentarios:

Banjú -el memorioso- dijo...

Buenísimo. Como por eestar dudando las cosas, muchas veces dejamos pasar oportunidades grandiosas

Ana dijo...

El tiempo es un tormento constante. Todo pasa y todo queda pero esa sensación de arrastre es muy dificil el desquitarse de ella.
Me gustó lo que encontré por tu blog.
Saludos.