serpenteando sin rumbo hacia la nada,
voy viajando con fantasmas
entre miradas vacías, sin rostros.
sigo temblando
como un crío.
cuelga de mi hombro,
la promesa de un nuevo encuentro
y llevó arrugado en el bolsillo del pantalón
el boleto de entrada a un mundo
obsesivamente adictivo,
adorablemente caótico.
hay momentos en que desearía dejarlo todo.
dar el salto,
correr a buscarte.
maldito tiempo,
justo ahora se le ocurre detenerse…
2 comentarios:
Buenísimo. Como por eestar dudando las cosas, muchas veces dejamos pasar oportunidades grandiosas
El tiempo es un tormento constante. Todo pasa y todo queda pero esa sensación de arrastre es muy dificil el desquitarse de ella.
Me gustó lo que encontré por tu blog.
Saludos.
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